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Cuentos de Grimm.

que el zapato es muy pequeño y esa novia no es su dueño.

Se detuvo, la miró los pies y vió correr la sangre; volvió su caballo, condujo á au casa la novia fingida y dijo no era la que había pedido, que se probase el zapato la otra hermana. Entro ésta en su cuarto y se le metió bien por delante, pero el talon era demasiado grueso; entonces su madre la alargó un cuchillo y la dijo:—Córtate un pedazo del talon, pues cuando seas reina, no irás nunca á pié.—La jóven se cortó un pedazo del talon, metió el pié en el zapato, y ocultando el dolor, salió á ver al hijo del rey, que la subió en su caballo como si fuera su novia y se marchó con ella; cuando pasaron delante del árbol habia dos palomas que comenzaron á decir:

No sigas más adelante, detente á ver un instante que el zapato es muy pequeño, y esa novia no es su dueño.

Se detuvo, la miró los pies, y vió correr la sangre, volvió su caballo y condujo á su casa á la novia fingida:Tampoco es esta la que busco, dijo:—¿Teneis otra hija?No, contestó el marido; de mi primera mujer tuve una pobre chica, á que llamamos la Cenicienta, porque está siempre en la cocina, pero esa no puede ser la novia que buscais.—El hijo del rey insistió en verla, pero la madre le replicó: No, no, está demasiado súcia para atreverme á enseñarla. Se empeñó sin embargo en que saliera y hubo que llamar á la Cenicienta. Se lavó primero la cara y las manos, y salió despues á presencia del príncipe que la alargó el zapato de oro; se sentó en su banco, sacó de su