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HORACIO QUIROGA

un vapor de ruedas, que navegaba por primera vez por aquel río.

El vapor pasó, se alejó y desapareció.

Los yacarés entonces fueron saliendo del agua, muy enojados con el viejo yacaré, porque los había engañado diciéndoles que eso era una ballena.

— ¡Eso no es una ballena!— le gritaron en las orejas, porque era un poco sordo.— ¿Qué es eso que pasó?

El viejo yacaré les explicó entonces que era un vapor, lleno de fuego, y que los yacarés se iban a morir todos si el buque seguía pasando.

Pero los yacarés se echaron a reir, porque creyeran que el viejo se había vuelto loco. ¿Por qué se iban a morir ellos si el vapor seguía pasando? ¡Estaba bien loco, el pobre yacaré viejo!

Y como tenían hambre se pusieron a buscar pescados.

Pero no había ni un pescado. No encontraron un solo pescado. Todos se habían ido, asustados por el ruido del vapor. No había más pescados.