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CUENTOS DE LA SELVA

cho una vez un viaje hasta el mar, dijo de repente:

— ¡Yo sé lo que es! ¡Es una ballena! ¡Son grandes y echan agua blanca por la nariz! El agua cae para atrás.

Al oir esto, los yacarés chiquitos comenzaron a gritar como locos de miedo, zambullendo de cabeza. Y gritaban:

— ¡Es una ballena! Ahí viene la ballena! Pero el viejo yacaré sacudió de la cola al yacarecito que tenía más cerca.

— ¡No tengan miedo! — les gritó.— ¡Yo sé lo que es la ballena! ¡Ella tiene miedo de nosotros! ¡Siempre tiene miedo!

Con lo cual los yacarés chicos se tranquilizaron. Pero en seguida volvieron a asustarse, porque el humo gris se cambió de repente en humo negro, y todos sintieron bien fuerte ahora el chás-chás-chás en el agua. Los yacarés, espantados, se hundieron en el río, dejando solamente fuera los ojos y la punta de la nariz. Y así vieron pasar delante de ellos aquella cosa inmensa, llena de humo y golpeando el agua, que era