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fundo, del que salia luego fresco, alegre y momentáneamente libre de su pasion. El efecto de esta música no podia ser peor para el éxito de su galantería; mas como en estos instantes de adormecimiento, estaban sus sentidos embelesados con sueños agradables, siguió soñando de este modo al lado de su hermosa, al mismo tiempo que toda Granada se mofaba de su infatuacion, y murmuraba sin rebozo al verle prodigar sus tesoros á cambio de canciones.

Entre tanto amenazaba á Aben-Habuz un peligro, sobre el que no podia darle ningun aviso su talisman. Estalló una insurreccion en la capital, y el populacho armado cercó el palacio, pidiendo á gritos su cabeza y la de la cristiana. Encendióse en el corazon del rey una chispa de su