Página:Cuentos de la Alhambra (1833).pdf/138

Esta página ha sido corregida
(126)

digioso número de sus mugeres y concubinas. En cuanto á esta jóven, yo no veo en sus ojos nada de espantoso, y toda su persona agrada singularmente á los mios.

—Ó rey, replicó el astrólogo, escúchame: yo te he procurado con mi talisman un sinnúmero de victorias, sin haber tenido jamas la menor parte en los despojos de los vencidos. Concédeme pues esta cautiva para que amenice con su lira mi soledad; que si es en efecto maga, yo tengo conmigo contrahechizos que harán ilusorias sus artes.

—¿Aun necesitas otra muger? contestó ya amostazado Aben-Habuz, ¿no te bastan las bailarinas para amenizar como dices tu soledad?

—Sí, tengo bailarinas; pero no tengo cantoras, y me convendría un