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Mas templó su descontento
El ver que la nasal cola
En la lengua de Manola
Ponia entorpecimiento.
Que al fin y al cabo, no poca
Ventaja encontraba, en ser
Marido de una mujer
Con un candado en la boca.
Luego para sí decia:
«De un deseo dueño quedo.
¡Ánimo! de un golpe puedo
Hacerme rey todavía.
Mas, Blas, ¿por comer perdices
Y á troche moche mandar
A Manola has de dejar
Con su vara de narices?
¡Pobre Manola! mi trono
Potro fuera para tí.....
Nó, no se dirá de mí
Que pudo tanto el encono.
Más que me pese ¡pardiez!
Verme ya descoronado,
En caso tan apurado
Tú misma sé parte y juez.