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XI
y sus cuentos

muy celebrada su comedia sentimental «La flor de la dicha» (1842).

Pero su producción más conocida y apreciada, la que se ha traducido á todos los idiomas y alcanzado en todas partes mayor número de ediciones, publicándose con diversos títulos, lo cual dificulta á veces las tareas del bibliógrafo, es su preciosa colección de Cuentos. Forma tres volúmenes, y de ellos hemos entresacado los que constituyen el presente. Ya nos ocuparemos de estas obras con más detención.

Gozó Andersen en sus últimos tiempos de una existencia tranquila y sosegada. Querido tanto por sus excelentes prendas de caracter, cuanto por la bondad de sus obras, disfrutó en vida de la celebridad que le había predicho la adivina de Odensea, antes de partir para Copenhague. Bien es verdad que sus primeros pasos fueron difíciles y angustiosos; pero no lo es menos que con ellos fortaleció su espíritu y echó las bases de su carácter y aun de alguna de sus obras, pues ni las impresiones, que recibió, ni el conocimiento del mundo que á tanta costa contrajo en sus mocedades, habían de borrarse nunca más de su memoria.

Las clases altas y la corte le distinguían; el pueblo le idolatraba: aquellas porque el talento es en nuestro siglo el mejor timbre de nobleza; el último porque supo interpretar constantemente sus dolores y sus alegrías, sus aspiraciones y sus sentimientos.

El día 2 de abril de 1875, aniversario de su nacimiento, el rey le nombró comendador de la orden de Danebreg. Poco debía gozar de esta distinción honorífica, pues el 5 de agosto del mismo año moría tranquilamente en Rolighed, á los 70 de edad, causando su fallecimiento profunda impresión en el reino de Dinamarca, en Alemania y en todas partes donde era conocida alguna de sus obras.