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Cuentos Clásicos del Norte

haberle oído expresarse con bella elocuencia en los últmios años de tu vida, sobre tema inspirado en uno de los sermones de Fléchier— pero generalmente tenía el aspecto fatigado y nervioso de un hombre herido en el corazón.

Cuando efectuaba su viaje de regreso el capitán Shaw, siempre que fuera Shaw, como he supuesto, abordó con sorpresa general a una de las islas Windward o Antillas menores, permaneciendo allí casi una semana. Los marineros decían que los oficiales estaban hartos de carne salada y querían probar sopa de tortuga antes de regresar a la patria. Mas después de algunos dias llegó el Warren al mismo fondeadero; cambiaron señales; enviaron cartas y documentos a Phillips y a todos aquellos hombres que estaban de retorno al hogar, y dijeron que el Warren zarpaba para el extranjero, quizás hasta el Mediterráneo, y que tomaba a bordo al pobre Nolan y sus petates para la segunda travesía. El empalideció profundamente cuando recibió la orden de alistarse para el transbordo. Sabía bastante de astronomía para comprender que hasta aquel momento seguían rumbo a "la patria." Esto era prueba evidente de algo en que no había pensado, de que quizá nunca regresaría a su país, ni siquiera para estar en prisión. Y fue este d primero de los veinte o más transbordos, que le llevaron a habitar pronto o tarde, más de la mitad de nuestros mejores buques; manteniéndole durante su vida entera a cien millas de distancia más o menos de la patria de la cual manifiestó una vez el deseo de no volver a oír hablar.