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Cuentos Clásicos del Norte

Los libros y muebles de la escuela pertenecían a la comunidad, con excepción de la History of Witchcraft, de Cotton Máther, un New England Almanac, y un libro de los sueños y de la buena ventura; en el último había una hoja de papel ministro llena de tachaduras y borrones a consecuencia de varias tentativas infructuosas para preparar el borrador de unos versos en honor de la heredera de Van Tássel. Los libros de magia y el ensayo poético fueron destinados a las llamas por Hans Van Rípper, quien desde entonces determinó no enviar en adelante sus chicos a la escuela, observando que nada bueno se saca de la lectura ni escritura. Si el maestro tenia algún dinero — y había recibido su paga justamente uno o dos días antes— lo llevaba todo consigo probablemente en el momento de su desaparición.

El misterioso acontecimiento causó mucha expectación el domingo siguiente en la iglesia. Grupos de mirones y comentadores se dieron cita en el cementerio, en el puente y en el sitio en que se encontraron el sombrero y la calabaza. Las historias de Brom Bones y toda una sarta por el mismo estilo fueron el tema de conversación general; y después de considerarlas con la debida atención y de compararlas con los síntomas del caso actual, los vecinos sacudieron la cabeza arribando a la conclusión de que Íchabod había sido arrebatado por el ginete sin cabeza. Como era soltero y no tenía deudores, nadie se rompió más la cabeza a este respecto; la escuela se mudó a otro barrio de la hondonada y otro pedagogo vino a reinar en su trono.