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Un Descenso por el Maelström

excesivamente atenuado para dar la impresión de esta escena.

"Entre Lofoden y Móskoe" dice el escritor mencionado, "la profundidad del agua es de treinta y seis a cuarenta brazas; pero del otro lado, hacia Ver (Vurrgh), esta profundidad disminuye hasta el punto de no permitir el paso de un buque sin que corra el riesgo de estrellarse contra las rocas, lo cual sucede aun en el momento de mayor calma. A la hora del flujo, la corriente barre la zona comprendida entre Lofoden y Móskoe con rapidez tumultuosa; pero el estruendo de su impetuoso reflujo hacia el mar podría apenas igualarse por la más retumbante y temible catarata; escuchándose este ruido a muchas leguas a la redonda, y siendo el vórtice o remolino tan vasto y tan profundo, que si algún buque entrara dentro de su radio de atracción, seria cogido inevitablemente y arrastrado hasta el fondo, destrozándose allí contra las rocas; y podrian verse los fragmentos arrojados de nuevo a la playa al volver de la marea. Pero estos intervalos de tranquilidad tienen lugar solamente en el buen tiempo y a la vuelta del flujo y el reflujo, prolongándose alrededor de un cuarto de hora, después de cuyo tiempo se presenta de nuevo gradualmente la violencia del fenómeno. Cuando la corriente es más tumultuosa y su furia se aumenta con alguna tempestad, es peligroso encontrarse dentro de una milla en aguas de Noruega. Barcas, yates y buques de mayor calado hanse visto arrastrados por falta de cautela para mantenerse lejos de su atracción. Ha sucedido también