Página:Cuentos - Joaquin V. Gonzalez.pdf/141

Esta página ha sido validada
134
CUENTOS

Una pena muy cruel me estaba reservada. Mis tareas escolares del año llegaron á su término y debía ausentarme á mi rincón querido de provincia, hacia donde me llamaban afectos incontrastables. Era para mí una despedida tan dolorosa como si hubiese poseído á aquella mujer, como si nuestros amores hubiesen durado mucho tiempo, como si me arrancasen de sus brazos amantes, me arrebatasen sus miradas abrasadoras y me quitaran para siempre un tesoro inmenso de dicha, de sueños, de esperanzas, de amor; en fin, esa adorable esclavitud de los sentidos y de la vida, que deseamos más cuando es más absoluta. Y, no obstante, aquella mujer no me había hecho nunca la suprema gracia de una de sus miradas, de esas miradas que parecían lágrimas caídas en un abismo.

¡Ah! llevaré hasta mi último instante el recuerdo de su despedida! Cuando en esa noche se desvanecieron el sol, el eco del bronce y la imagen del balcón de las