Página:Cuento de otoño - Enrique E Rivarola.pdf/12

Esta página ha sido validada
— 12 —
XVIII

Muy lejos de eso, Salomón el sabio
acerca, en el Cantar de los cantares,
llena la copa hasta el sediento labio;
y está puesta la Biblia en los altares
sin que á nadie le ocurra que hay agravio
para el Señor. Son cosas singulares
que demuestran que al cabo son hermanas
la divina pasión con las humanas.

XIX

Todas estas maduras picardías,
tan maduras que caen como el fruto
del árbol,— al hacer filosofías,
inclinada la frente, el rostro enjuto,
las piensa Jorge: luego no son mías,
ni son del fatigado y noble bruto,
que antes prefiere su modesto pienso
que en altares de amor quemar incienso.