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Criolla
Pero una flor con espinas
Que hiere á la jardinera
Y á las manos peregrinas
Que fueron hasta su vera.
¡Vivir en paz no es vivir!
Vive en guerra por amar
Y es su placer seducir
Por el placer de engañar.
Lo trágico á lo travieso
Mezcla en su sangre adorada.
¡Y así tan pronto da un beso
Como da una puñalada!
Todo lo mira á su modo
Su pícara faz morena
¡Y por ser capaz de todo
Hasta es capaz de ser buena!
Si la consienten rechaza,
Llora y ruge á un tiempo mismo,
A quienes quiere amenaza
¡Que ella es luz y ella es abismo!
Alberto Ghiraldo
Buenos Aires, Mayo de 1910.