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CRÓNICAS
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El general Henry falló completamente en la ejecución de las órdenes recibidas, aun cuando la feliz noticia del Armisticio hizo menos conspicuo su fracaso, que él explica del siguiente modo:

El fracaso fué debido a la inhabilidad e inexperiencia de las bisoñas tropas de la brigada Garretson para realizar el trabajo que yo esperaba de ellas, así como el tener que valerme de carros de bueyes para transportes sobre caminos que sólo permitían el paso de animales de carga. Desde el día 9 las tropas estuvieron expuestas a lluvias constantes. Este paraje (Utuado) es el único, en toda la ruta desde Ponce, donde pudo hallarse terreno bastante llano para levantar un campamento, aunque dicho terreno es tan blando que, a las pocas horas, se convierte en un barrizal. En tales condiciones, los mejores sombrajos de tela impermeable no ofrecían al soldado adecuada protección, no habiendo podido traerse las tiendas porque todo el tren de carga estaba ocupado en el transporte de raciones, y en aquella operación continuaría por varios días.

Yo había acuartelado el batallón de regulares, el 19.° de infantería (tres compañías del mismo tuvieron 43 casos de disentería) y la caballería, en algunos edificios del pueblo, porque la lista de enfermos se había duplicado en tres días, debido a la exposición de la tropa al aire libre.

Como Lares había sido evacuado por el comandante de las fuerzas españolas, al saber la aproximación de las nuestras, yo consideré que su ocupación era justificable, y en ningún sentido una violación de la paz, porque parecía necesaria la acción de la tropa para mantener la armonía entre los habitantes. El camino construído por el general Stone, desde aquí hasta Adjuntas, nunca será practicable para carros, en esta estación, porque aun cuando abierto un día, al siguiente desaparece.

El acto del general Henry, ocupando a Lares, fué considerado por las autoridades españolas como una violación del Armisticio, por lo cual se estableció inmediata protesta. El general Miles así lo estimó y dispuso que toda la fuerza americana evacuase dicha población y retrocediera a Utuado. Una columna española, al mando del teniente coronel Pamies, desde Arecibo, marchó a la primera población, permaneciendo allí, parte de ella, hasta el día de la entrega oficial.

Seis días duraron estas operaciones de la brigada Garretson, al mando del general Henry, y durante dicha semana de guerra, no se disparó un solo tiro ni se vió un uniforme español, luchando los invasores, solamente, contra la lluvia y el fango. Cuando la brigada llegó a la ciudad de Utuado toda la fuerza presentaba un aspecto lastimoso.