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A. RIVERO
 

Memorándum del coronel Bailey K. Ashford.—El día 28 de julio del año 1898 desembarcó en el puerto de Guánica, del transporte Mohawk, el 11.° regimiento de infantería, parte de una brigada de tropas, todas regulares, que, al mando del general Schwan, tenían la misión de atacar el flanco derecho del ejército español, en Puerto Rico, avanzando hacia Mayagüez.

El doctor Bailey K. Ashford, coronel de Sanidad militar del Ejército de los Estados Unidos.

El 11.° regimiento de infantería estuvo acampado por algún tiempo en Mobile (Alabama), donde se contagió con fiebre tifoidea, enfermedad reinante en la mayor parte de las fuerzas del ejército de los Estados Unidos en el Continente; por cuya causa, cuando llegamos a Guánica, me vi obligado a conducir a Ponce cerca de cien hombres atacados de dicha enfermedad, quienes ingresaron en el hospital militar de aquella ciudad.

Nuestra entrada en Ponce fué un espectáculo que nunca olvidaré, pues cruzamos entre dos líneas de transportes, empavesados con banderas y sus músicas tocando aires nacionales; Ponce parecía una colmena irritada, y en el camino de la ciudad a la playa una espesa nube de polvo cubría la interminable procesión de infantes, artilleros y carros. Inmediatamente retorné por ferrocarril, incorporándome en Yauco a mi cuerpo y gozando allí de la agradable tranquilidad de esta deliciosa y pequeña isla que habíamos invadido. Me reuní a las fuerzas más allá de Yauco, en un campamento, pues la noche anterior había comenzado la marcha hacia San Germán. Al siguiente día, que fué en extremo caluroso y polvoriento, llegamos a San Germán a primera hora de la tarde.

Esta antigua y original población estaba en efervescencia. El hospital de la Cruz Roja, muy limpio y bien preparado y provisto, estaba dispuesto para recibir nuestros enfermos y también a los de los españoles. Aquí supimos que, probablemente, tendríamos que combatir con el enemigo en un punto cercano a Hormigueros, poblado donde aquél se había atrincherado, cerrando con sus fuerzas nuestro paso hacia Mayagüez.

El general Schwan, comandante de la expedición, ordenó que el escuadrón A, del 5.° de caballería, buscara el contacto con el enemigo, desplegando sus avanzadas tres o cuatro millas a vanguardia en forma de abanico. Poco después comenzó la