Entre tanto, la fuerza de artillería, bajo la inspección del general, había tomado una posición a la izquierda del camino. Como la pólvora usada por el enemigo era absolutamente sin humo, y además éste hacía fuego oculto tras la arboleda que bordeaba el río Grande, hubo cierta perplejidad, tanto respecto al camino que debía seguir el comandante Gilbraith, como al orden de combate que convenía adoptar. Felizmente, esta incertidumbre no duró mucho, porque las balas del enemigo, cayendo cerca de nosotros, resolvieron el problema. El prematuro y precipitado despliegue de las restantes compañías ocasionó cierta confusión que frustró, en parte, los propósitos del brigadier, quien siempre había pensado formar dos líneas de combate: una como soporte de la de fuego, y la segunda, de reserva..... Pero todo fué subsanado colocando tres compañías a la derecha y cuatro a la izquierda del camino; las primeras al mando del teniente coronel Burke, que maniobraron en apoyo del comandante Gilbraith, y las últimas permanecieron por algún tiempo a retaguardia.
Estas fuerzas, siéndoles imposible vadear el arroyo, tuvieron que pasarlo por un puente que había hacia la izquierda, y después las primeras compañías se situaron a cubierto, dentro de una zanja, a la derecha del camino. Entonces la vanguardia (una de cuyas compañías, al mando del capitán Penrose, había ocupado una loma a la izquierda. A.) siguió adelante, cruzó el puente de Silva y destacó secciones avanzadas al mando de los tenientes Wells y Alexander.
Como al llegar a este punto aparece cortada la narración del sargento Stephen, procuraré completarla con el informe oficial del comandante de la brigada, informe que debo a la cortesía del secretario de la Guerra de los Estados Unidos. Lo que sigue es copiado de dicho report:
Después que el último (el teniente Wells) ocupó por algún tiempo la loma L., toda la vanguardia, incluyendo dos piezas Gatling, fué concentrada a la derecha de la vía férrea. Esto dislocó al enemigo, el cual desde entonces disminuyó el volumen de su fuego. Nuestro escuadrón, después de haber amagado por algún tiempo el flanco izquierdo de los españoles, se unió a las compañías del mayor Gilbraith, y todo el centro de la línea, avanzando, tomó posiciones en la parte Nordeste de las alturas de Silva, adonde fué llegando el resto de la infantería y el teniente Archibald Campell, con dos cañones, a quien di órdenes de romper el fuego, y todo esto contribuyó al desconcierto del enemigo.
Los dos cañones Gatling, que iban con la avanzada a cargo del teniente Maginnis, hicieron un excelente trabajo; al principio cerca del arroyo, sitio desde el cual podía observarse perfectamente al enemigo, y más tarde en todas las demás posiciones que fué ocupando dicha fuerza avanzada. Las otras dos piezas de artillería que acompañaban al Cuerpo principal, mandadas por el teniente O. I. Straub, también entraron en acción desde la cresta de las lomas mencionadas y durante la última fase del combate.
El fuego terminó a las seis de la tarde, y todas las fuerzas, incluso las de artillería, vivaquearon sobre las mis-