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A. RIVERO
 

Este fué un momento de gran excitación, porque no sabíamos si el canal estaba minado o qué baterías pudieran ocultarse entre las malezas de la costa y fuera de nuestra vista; comprendíamos que, una vez dentro el Gloucester, ningún poder teníamos para auxiliarlo.

Como el desembarco y toma de Guánica representa el primer acto de soberanía de los Estados Unidos en Puerto Rico, he de ser muy prolijo en detalles. He aquí lo que acerca de aquel suceso escribió el teniente H. P. Huse, del Gloucester:

La fuerza a mi mando se componía del teniente Wood y 28 hombres que desembarcamos en la ballenera; remamos sin oposición hasta un pequeño muelle donde tomamos tierra y desplegamos las fuerzas para cubrir la playa; entonces la bandera española fué arriada y la nuestra izada en su lugar.

Esto atrajo el fuego del enemigo, que estaba emboscado hacia el flanco derecho y a unas 300 yardas del camino. Nuestra línea de tiradores contestó con fuego lento, y la ballenera se situó dominando el camino que conduce al interior, disparando algunos tiros con su Colt; pero esta pieza se atoró, quedando fuera de uso durante toda la acción.

Envié al teniente Wood con ocho hombres para que atendiese al flanco derecho, mientras que el cabo Lacy, con otros cuatro, cubrió el izquierdo parapetado en las ruinas de una casa de piedras, que estaba bien situada para este propósito [1].

Supimos por un nativo, único habitante que había quedado en la población, que la fuerza que nos hacía frente estaba compuesta de 30 hombres de tropa regular, y que otra se esperaba de un momento a otro, desde Yauco, distante cuatro millas. Entonces pedí refuerzos, por señales, y empujé mi centro a lo largo del camino. El fuego del enemigo, aunque bien dirigido, era demasiado alto, por lo cual no hubo bajas.

En el límite Nordeste del poblado levantamos una barricada a través del camino, y coloqué allí un nuevo Colt que se me había enviado; también levantamos dos cercas de alambre a 50 y a 100 yardas al frente. Entretanto, un bote al mando del ingeniero ayudante Proctor, estaba ocupado en poner a flote una gran lancha, que seguidamente se usó en el desembarco de tropa.

En este momento el Gloucester rompió fuego con sus cañones de tres y seis libras y el enemigo se retiró. Pocos minutos después desembarcó el primer contingente del ejército, compuesto de tropas regulares del cuerpo de ingenieros, pertenecientes al regimiento del coronel Black, las cuales rápidamente avanzaron hasta más allá de nuestra línea. Entonces, obedeciendo las órdenes recibidas nos reembarcamos; aunque a petición del general Gilmore dejé en tierra al teniente Wood y alguna gente con el cañón Colt, quienes volvieron al buque una hora más tarde.

Los rifles de Marina resultaron abominables; la mayoría se atoraba en los momentos más inoportunos, y muchos quedaron fuera de uso, precisamente cuando creíamos estar en grave peligro de ser derrotados.

  1. Era un solar rodeado de muros medio derruidos, donde había un taller de toneleros.—N. del A.