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CRÓNICAS
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Y también envió el siguiente despacho:

{[brecha}}Comodoro Remey, Key West.

Envíe sin dilación el Vesuvius a San Juan, Puerto Rico, si el Departamento confirma la llegada de los buques españoles a Cádiz.

W. T. Sampson,
Real admiral U. S. Navy.

Desde luego que, lo mismo el carbón como el temible buque dinamitero, pedidos con tanta urgencia, eran un obsequio para Puerto Rico. Pero si aun nos cupiese alguna duda respecto a las verdaderas intenciones del almirante Sampson, las desecharíamos al leer lo que sigue, escrito por él mismo en un documento oficial:

Estos telegramas (los dos últimos) tenían la mira de volver y capturar a San Juan; era muy conveniente hacerlo así, ocupando la plaza, porque estaríamos a seguro en caso de que el almirante Cervera hubiera fallado en cruzar el Atlántico.

Cervera no falló en cruzar el Atlántico, pero el contraalmirante Sampson fallo en su empresa de capturar la plaza de San Juan [1]. Vino con su escuadra frente a los castillos con un determinado objetivo; no lo realizó, luego fué derrotado, según el tecnicismo militar.

En esta guerra hispanoamericana, el combate del 12 de mayo de 1898, en todos sus aspectos, fué una indiscutible victoria de las armas españolas; la única victoria española durante la guerra hispanoamericana.

  1. «Él (Sampson) había calculado llegar a San Juan el día 8, en la idea de que para esta fecha la escuadra española se encontraría a la altura de dicho puerto, juzgando con su clara perspicacia que esta ciudad sería el objetivo del almirante español, como realmente lo era.
    Si no lo encontraba, retornaría inmediatamente a la Habana, después de hacer un esfuerzo para ocupar a San Juan, y dejar aquí los monitores para mantener y defender dicha plaza contra la flota española, caso de que ésta apareciera más tarde.» (F. E. Chadwick, Real almirante de la Armada de los Estados Unidos: The war with Spain.)