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A. RIVERO
 

 Almirante Cervera a Ministro Bermejo.

Cabo Verde, 22 de abril, 1898.

He recibido telegrama cifrado con la orden seguir para Puerto Rico a pesar de persistir en mi opinión, que es opinión general de los comandantes de los buques; haré todo lo que pueda para avivar salida rechazando la responsabilidad de las consecuencias. Agradecemos saludo Nación, cuya prosperidad es nuestro único anhelo, y a nombre de todos, manifiesto nuestro profundo amor a la Patria.


 Almirante Cervera a Ministro Bermejo.

Cabo Verde, 22 de abril, 1898.

Oficialmente no se sabe si se ha declarado la guerra, y es de absoluta necesidad saberlo para tratar como enemiga a la bandera americana.


 Ministro Bermejo al Almirante Cervera.

Madrid, 22 de abril, 1898.

Si hubiera estado declarada la guerra se lo hubiera comunicado; pero existe de hecho el estado de guerra, pues la escuadra americana empezará mañana bloqueo Cuba. Los buques de la escuadra volante, de que hablé a V. E., sin tener después más noticias, son los que deben bloquear a Puerto Rico, y no han salido aún de Hampton Roads. El fundamento de las instrucciones es encomendar a V. E. la defensa marítima de Puerto Rico.


 Almirante Cervera a Ministro Bermejo.

Cabo Verde, 22 de abril, 1898.

Necesito instrucciones precisas a las que poder arreglar mi conducta, en el caso de no estar declarada oficialmente la guerra a la salida.


 El Ministro Bermejo al Almirante Cervera.

Madrid, 22 de abril, 1898.

Recibido su segundo telegrama. No puedo darle instrucciones más concretas que las que tiene, dejándole en libertad para la derrota que ha de seguir, burlando, si es posible, el encuentro de la flota enemiga para arribar a cualquier punto de la isla de Puerto Rico. El Ciudad de Cádiz le acompañará con todo el carbón posible.


Este mismo día 22 el Almirante escribió al Ministro una larga carta reservada, de la cual es este párrafo:

El Colón no tiene sus cañones gruesos, y yo pedí los malos, si no había otros; las municiones de 14 centímetros son malas, menos unos 300 tiros; no se han cambiado