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LECTURAS VARIADAS 63

lo sacasen que non era cosa que se pudiese cobrar. » En- tonces la raposita dió un salto, echó a correr y se per- dió a lo lejos.

En nuestras casas, en la vida cotidiana, debemos pasar por alto — indulgentemente -— las pequeñas co- sas. En la vida pública, a la vista de todos, de igual manera, no debemos ponernos fieros ante lo que en sí tiene escasa importancia. No coloquemos nuestro plano de dignificación y de reivindicación en un plano dema- siado alto. Si el puntillo de honor lo ponemos muy subido, a cada momento tendremos que estar en altera- ciones, porfías y denuedos. Nuestra vida se hará imposi- ble. Una palabra, un gesto, un ademán, un ligero des- dén, una inflexión de cólera, un matiz de irritación en los demás tendrán para nosotros una importancia de- cisiva. No; sepamos pasar por todo esto. La raposita no se movía cuando le trasquilaban el lomo y la frente; aquello no tendría para ella importancia. Pero cuando se trate de cosas grandes, cuando se trate del corazón — como en el caso de la raposa — entonces pongamos todas nuestras fuerzas, todo nuestro impetu en defen- der la esencialidad de nuestro ser normal : las ideas, los procedimientos, la conducta, la honradez, la since- ridad.

AZORÍN.

LÉXICO

“Raposo, raposa, zorro : Animal carnivoro, digitigrado, esto es, que <amina sobre la punta de los pies; muy conocido por lo sagaz y dañino. El zorro azul y el zorro blanco que viven en la parte septentrional de hemisferio Norte, son muy buscados por su hermosa piel; muestro zorro de Patagonia tiene también una piel bastante apreciada en el comercio.