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LECTURAS VARIADAS 57


22.

La lámpara de Aladino.

« Tú eros rico, pero la riqueza no te da inteligeucia ni valer. »

EURIPIDES.

Cuando Aladino, el héroe casquivano de Las Mil y Una Noches, se sintió próximo a morir, notó que por la primera vez acaso, le brotaba del alma una amarga filosofía. Habíase quedado en la soledad. Atardecía, y una penumbra sutil invadíale la regia alcoba, rica en toda suerte de primores. Cerca de sí, abandonada como objeto inútil, para que nadie ardiera en la codicia de poseerla, estaba la lámpara de las maravillas, que lo hizo dueño de las bellezas del mundo » ...

Brotábale del alma una amarga filosofía. ¿De qué le había servido, en suma, su vida extraordinaria? ¿Qué podía llamarse su obra? Veíase primero en su infan- cia, remiso a todo buen consejo, voluntarioso y holga- zán. Recordaba luego la aventura capital de su vida : aquella su amistad con el mago africano, aquel paseo misterioso por las afueras de la ciudad, aquel arribo al campo solitario, aquel conjuro del hechicero... Veíase después cruzar las galerías en busca de la lámpara ma- ravillosa, olvidada en la hornacina del muro. Luego, la torpeza del mago : su ira satánica, su perfidia mons- truosa... Después, la posesión de la lámpara : cómo un buen día, mientras la madre frotaba para limpiarla de su polvo milenario, surgió el genio protector que se le ofreció por esclavo...