42 ISONDÚ
18.
El complot de los fusiles.
« La gloria te eleva por sobre los demás y te inspira legítimo orgullo. »
EURIPIDES.
Si hay un sentimiento que honra al corazón humano, es la veneración y el respeto que inspiran las grandes acciones.
Correr peligro de la vida y sacrificar la fortuna en servicio de la independencia de la patria, son títulos que enaltecen a los hombres.
Ejercitadas por la mujer, esas mismas acciones de- ven considerarse aun más dignas de admiración y aplauso.
El 29 de mayo de 1812 se congregaban las más ilus- tres damas de Buenos Aires, en casa de la señora doña Tomasa Quintana de Escalada.
Tenía por objeto aquella reunión el fin más noble y patriótico para la causa de la independencia.
El erario estaba exhausto y las armas faltaban para armar a los voluntarios que partían entusiastas a de- fender la causa de los pueblos.
Los ciudadanos más distinguidos habían tomado a su cargo el costo de una partida de fusiles para aliviar al gobierno.
Éste era un rasgo muy natural : entraba en la esfera del patriotismo el sacrificio bajo todas sus formas; pero