388 ISONDÚ
135.
El cielo dice...
El cielo dice : Yo te alumbro día y noche con mis es- trellas, porque no andes a obscuras, y te envío diversas influencias para criar las cosas, porque no mueras de hambre. El aire dice : Yo te doy aliento y vida, y te refresco, y ter.: lo el ardor de las entrañas para que no te consuma, y tengo en mí muchas diferencias de aves para que delciten tus ojos con su hermosura, y tus oídos con su canto; y tu paladar con su sabor. El agua dice : yo te sirvo con las lluvias tempranas y tardías a su tiempo, y con los ríos y fuentes para que te refresquen, y te crío infinitas diferencias despeces para que comas; riego tus sembrados y arboledas, con que te sustentes, y doyte camino breve y compendioso para que te puedas servir de todo el mundo y juntar las riquezas ajenas con las tuyas. Pues la tierra, ¿qué dirá, que es la común madre de todas las cosas y como una general oficina de todas las causas naturales? Esa, pues, también con mucha razón dirá : Yo, como madre te traigo a cuestas, yo te crío mantenimientos y te sustento con los frutos de mis en- trañas; yo tengo tratos y comunicaciones con todos los elementos, y con todos los cielos, y de todos recibo in- fluencias y beneficios para tu servicio. Yo, finalmente, como buena madre, ni en vida ni en muerte te desamparo; porque en vida te traigo a cuestas y te sustento, y en la muerte te doy lugar de reposo y te recibo en mi regazo.
Fray Luis DE GRANADA. « Guía de Pecadores » (1572).