Página:Correa Morales Isondu.djvu/387

Esta página no ha sido corregida

LECTURAS VARIADAS 373


Y en tanto que ella reía desde arriba a carcajadas como una loquilla, Vicente, dando con el pie sobre un trebol, se encaramó en el árbol más diestro que un lirón.

— Ved, Mireya, que maese Ramón no tiene otra hija : deshojad las ramas bajas y yo alcanzaré las cimas — dijo a la muchacha.

Y ella deshojando el árbol con su ligera manecita, dijo a Vicente :

— Esto de tener compañía para el trabajo quita el mal humor. ¡Cuando una está sola le viene tal pesadez!

— Ved aquí lo que siempre me enoja — respondió el muchacho. — Cuando estamos allá en la choza donde oímos tan sólo el estruendo del Ródano tormentoso que engulle el cascajo, ¡algunas veces me da un fastidio! En estío no tanto, porque entonces hacemos las caminatas con mi padre de alquería en alquería. ¡Mas cuando el acebo se llena de bayas y los días se hacen frios y las veladas largas; cuando cerca del rescoldo, mientras en el picaporte silba o maúlla algún duende, sin luz y con pocas palabras me es preciso aguardar el sueño a solas con mi padre! (1)...

F. MISTRAL.

EJERCICIO

Conversación sobre los gusanos de seda.

(1) Mireya. — Canto 11. Edición puesta en prosa por C. Barrallat y Falguera, de la Real Academla de Buenas Letras de Barcelona.