LECTURAS VARIADAS 361
124.
Los baguales',
Cuando los baguales fugitivos escapan de la primera pesquisa, buscan las serranías inexploradas. Allí relinchan por primera vez a pulmón lleno, con timbre ufano de soberanía; de allí dominan hacia todos lados el confín, husmean el olor de agua, empluman la cola, enarcan la cerviz y se disparan como sagitarios tras las brisas revela- doras de abrevaderos inéditos.
No temen la soledad porque nacieron para ser libres; ni la inmensidad -les desorienta porque cilos han sido los primeros — quizá los únicos — geógrafos del terrí- torio.
Conocen o ádivinan los esguazos de los ríos, aspiran el olor del manantial a veinte leguas de distancia, saben cómo debe escalarse un ventisquero, y ellos abrieron per- sonalmente todas las huellas que hoy son allí únicos caminos nacionales.
Viven con plenitud.
Aun los más ancianos se conservan triscadores y jo- viales, en ágil jarana con sus nietos bravios.
En tropas organizadas con su inmemorial estatuto de beduinos, vagan de sierra en sierra, merodeando campos vírgenes.
(1) Del libro + Voz del Desierto ». Se refiere aquí a las manadas de baguales cn la zona de los valles andinopatagólticos.