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Sambaquis.
Terror involuntario se apodera de nosotros al sentir una trepidació:: bajo nuestros pies, pero hace millares de siglos, los temblores, los hundimientos, las grietadu- ras de la tierra, la aparición de una cadena de monta- ñas aquí, la inmersión de un continente más allá eran el estado normal de la supenticie del planeta: la corteza al enfriarse se arrugaba produciendo los fenómenos con- siguientes.
El suelo de la República Argentina ha pasado por muchas vicisitudes. Sus porciones más antigtas formaron parte de un largo continente meridional que cubría el Atlántico y el Pacífico llegando por un lado hasta África, y por otro, hasta Australia; al hundirse aquel continente quedaror algunos trozos sumergidos que al ser estudiados científicamente permiten conocer algo, la geografía de otras tiempos.
El lecho de los ríos Uruguay y Paraná son fallas enor- mes que cruzaron el suelo americano durante la época dencminada terciaria.
Las montañas del Brasil, aparecían en aquellas leja- nas edades mayores que los Andes, que se elevaron luego. Los animales que poblaban la tierra eran gigantescos; un ratoncito medía la talla de un caballo; el caparazón del gliptodón — un peludo — medía más de dos metros de largo por uno y medio de ancho.
