LECTURAS VARIADAS 275
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Recuerdos de Catamarca.
A fines de 1884 regresaba yo de Catamarca, donde había estrenado mis pergaminos de la Facultad, como secretario del Interventor Nacional. Un poco de curio- sidad, algo de amor propio y mucho de apego cariñoso al malogrado Dr. Onésimo Leguizamón, jefe de la em- bajada, decidieron de la suerte de mis huesos juveniles, que fueron deplorablemente traqueteados, hasta dar en la pintoresca y ponderada sede de la Virgen del Valle. Precisamente el día de la fiesta de tan milagrosa pa- trona emprendí el viaje de retorno por la Cuesta del Totoral : de modo que encontré los caminos de la montaña cubiertos de peregrinos y de ofrendas semovientes : ga- llinas, pavos y cabritos, procedentes de las comarcas vecinas y destinados a engrosar los caudales de la popular imagen.
Eran mis compañeros el cepitán López, adjunto mi- litar de la Intervención, y un soldado del 1.2 de línea, llamado Rojas, que se nos proporcionó del piquete, en razón de que siendo catamarqueño podía ser diputado y tenido por excelente baqueano.
Esta última cualidad tenía su impertancia, dado que, una vez terminado el camino nacional a través de las sierras del Alto, debíamos recorrer varias leguas de te- rreno llano, poblado ae chañares y de cactos, y entre cuyas marañas se cruzaban numerosos senderos que lo mismo podían llevarnos a San Pedro, que a Tucumán o a los infiernos.
IsoNDÚ 1986 10