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LECTURAS VARIADAS 273


90.

El cuervo y el zorro.

La adulación es un medio pel groso.

Un cuervo encontró en un jardín un pedazo de carne envenenada, que el jardinero había puesto para los gatos de su vecino. Creyendo haber hecho una buena presa, el cuervo levantó en sus garras la carne y fué a posarse sobre las ramas de una vieja encina.

Cuando iba a empezar su almuerzo, oyó que un zorro le decía con tono meloso :

— Yo te bendigo, ave de Zeus.

— ¿Por quién me tomas? — preguntó el cuervo.

— ¿No eres tú el Águila Caudal, que diariamente des- ciende del trono de Júpiter para aliviar mi miseria dán- dome sustento? ¿A qué disimular? Yo veo en tu garra victoriosa el don que el dios, sensible a mis plegarias, me envía hoy por tu intermedio.

El cuervo, admirado, se regocijó íntimamente y no quiso sacar al zorro de su error.

Con estúpida generosidad, dejó caer su presa y alzó orgullosamente el vuzlo.

El zorro tomó la carne sonriéndose y la comió lleno de maliciosa alegría, pero bien pronto ésta se cambió en dolorosa sensación : el veneno hizo su efecto y el adulador sucumbió en medio de atroces padecimientos.