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ISONDÚ
Cual si niños robustos y felices Se echaran como locos a reír!
Dan principio después a la tarea Con ansiedad febril;
A ia dulce tarea de ir alzando
Los recios muros de un hogar feliz.
Van y vienen, trayendo entre sus picos Ora paja, ora crin,
Que amasila con barro, en un cemento
Mejor que el pórtland se convierte allí.
Luego suelen un poste, una cumbrera, Un árbol) elegir
Para alzar el palacio cuyos planos
Saben ya de memoria, porque sí.
El pico, cosvertido en ingeniosa Cuchara de albañil.
(Que hasta el mismo Palladio envidiaría
Si hubiera estado alguna vez aquí.)
El cimiento comienzan de la fábrica En círculo a construir :
Una puerta, un pasillo y una alcoba...
¡Cúan poco basta para ser feliz!
Los muros, encorvándose, terminan En bóveda gentil,
Y ni lluvias alcanzan ni huracanes
El flamante palacio a destruir.
Poco tiempo después, ambos esposos Dan caza al aguacil,