LECTURAS VARIADAS 221
73. La Cabaña.
IV
Mientras la señora se ocupaba en la dirección de la casa, del gallinero y del jardín, el doctor Viera había empezado, por su parte, la instalación del establecimiento agrícola-ganadero, destinando unas cuarenta cuadras para chacra, treinta para alfalfares y el resto para ga- nado.
Como los primitivos dueños no se preocuparon de mejorar el campo, éste, sin ser malo, no era de los me- jores; algunas semillas de buenos pastos europeos es- parcidas a tiempo dieron tan buen resultado, que pocos años después se había transformado en uno de los mejores retazos de tierra.
El secreto del éxito, en un establecimiento de campo, no está en tener mucha hacienda, sino en que sea de buena clase : nuestro amigo formó tropillas de las tres mejores razas ovinas : Rambouillet, Lincoln y Cara Negra (Hampshire Down); cada una se mantuvo separada de las otras. Los ejemplares mejores se criaron a galpón para ser enviados a las casas de remate de la Capital o a la Exposición Rural, que se celebra cada año; Jo de- más se vendía, ya aisladamente, ya en pequeñas tropas.
El mismo procedimiento siguió con la hacienda vacuna; lo que había de emplear en la compra de animales ordi- narios, fué invirtiéndolo en la adquisición de ejemplares de raza, eligiendo los que más se avenían al clima de nuestro país.