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LECTURAS VARIADAS 205

68.

La Cabaña.

nu

EL GALLINERO

Por modesta que sea una mesa, siente luno alegría al sentarse a ella, cuando sobre el blanco mantel lucen algunas vasijas con flores y más aún cuando en la fuente yace una gorda gallina rodeada de sabrosas ba- tatas, blancos choclos y otras verduras perfumadas y sanas; esto lo tuvo muy presente la señora Amalia, y al par que del jardín, empezó a ocuparse del gallinero. El abandono en que encontró éste, corría parejas con aquél; las pocas gallinas que se habían salvado vivían a la buena de Dios, perseguidas por toda clase de sa- bandijas.

Amalia hizo cercar un terreno arbolado, de unos 25 metros de lado, con grueso alambre tejido, y encerró allí las aves. En uno de los costados se techó un dormi- dero, que quedó separado del corral por un cerco de alambre fino, el cual tenía abundante trabazón de ma- dera para que las gallinas, que gustan de dormir en lo alto, se encontrasen bien.

Considerando como detalle muy importante los pone- deros, distribuyó en el corral algunas barricas con cu- bierta impermeable, para ese objeto; todos los días, a