200 ISONDÚ
66.
La carrera.
Lanzóse el fiero bruto con ímpetu salvaje Ganando a saltos locos la tierra desigual, Salvando de los brezos el áspero ramaje,
A riesgo C» la vida de su jinete real.
Él con entrambas manos le recogió el rendaje Hasta que el rudo belfo tocó con el pretal : Mas todo en vano : ciego, gimiendo de coraje, Indómito al escape tendióse el animal.
Las matas, los vallados, las peñas, los arroyos, Las zarzas y los troncos que el viento descuajó, Los calvos pedregales, los cenagosos hoyos
Que el paso de las aguas del temporal formó.
Sin aflojar un punto ni tropezar incierto,
Cual si escapara en circo a la carrera abierto, * Cual hoja que arrebatan los vientos del desierto, El desbocado potro veloz atravesó.
Y matas y peñas, vallados y troncos
En rápida, loca, confusa ilusión
Del viento a los silbos, ya agudos, ya roncos, Pasaban al lado del suelto bridón.
Pasaban huyendo cual vagas quimeras
Que forja el delirio, febriles ligeras, Risueñas o torvas, mohinas o fieras, Girando hullendo, rodando en montón.