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LECTURAS VARIADAS 197

La humedad del clima excluye casi por completo la vida de mamíferos; las arenas rellenan frecuentemente los puertos, que en otro tiempo debieron ser magníficos.

Las avalanchas, las lluvias torrenciales, las furiosas marejadas, la violencia de los vientos, son causa de con- tinuos cambios hidrotopográficos en esta isla, pues parece que la lluvia y el huracán jamás tuvieran reposo a su alrededor; siendo el frío y la humedad sus mayores calamidades.

Los expedicionarios desembarcaron en la bahía Roca, donde a cierta distancia de la costa se ven espléndidas l ayas y muchos otros árboles.

Con la lancha, exploró Bove la costa norte hasta el puerto Cook. Los cabos San Juan, San Antonio, Middle South y San Bartolomé eran batidos por olas violen- tísimas, y la lancha fué tomada frente al cabo Baily por un remolino espantoso que la sacudía violentamente. Dejemos hablar al marino :

« No era posible gobernar, ni usar velas, ni remar; la pobre embarcación se levantaba, bajaba, se retorcía por la acción de aquellas ondas que la azotaban de proa, Ce popa y flanco; si hubiera tenido tiempo de hacer observaciones, la habría comparado con un pedazo de madera, arrojado en una caldera de agua en ebullición. Jamás encontré tan justo el proverbio : « Hay un Dios hasta para los locos ».

Los expedicionarios continuaron su viaje por aquellas costas inhospitalarias. En la Tierra del Fuego compra- ron algunos esqueletos humanos, y habiendo sido tomados por un vendaval en la bahía Sloguett, corrió la voz, entre los marineros, de que los esqueletos aquellos, arran- cados al reposo de la tumba, a que eran acreedores, te habían reunido en consejo para perder a la embarcación,