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LECTURAS VARIADAS 159

por la delicada labor artística... En cambio hay allí ?lgo tan humano y tierno que conmueve hasta las fibras más recónditas del alma.

Pasado el patio encuéntrase uno en una huerta, en un jardín de crucecitas multicolores : las hay blanca, rosadas, celestes, verdes, todas brillantes de limpieza, todas muy próximas unas a otras, como que allí entie- rran casi de pie a los muertos.

Es la parte dedicada a los niños : los pequeños ino- centes descansan allí entre flores, unos vecinos a los otros, bajo la sombra de sus crucecitas que a lo lejos lucen también como flores.

Las coronas de flores artificiales desteñidas por la intemperie, el verde fresco del césped, los macizos de flo- res, sobre que se levantan las vistosas crucecitas, nos dicen que el amor a los que no existen tiene un templo en el corazón de los deudos que visitan y cuidan las sen- cillas tumbas. Pero, hay algo más : cada cruz lleva en su parte alta una cajita con tapa de vidrio dentro de la cual están guardados los juguetes que prefirió el pe- queño.

Se ven allí muñequitas, lamparillas, caballitos, mu- ñecos a caballc o en burrito, muñecas de porcelana, de celuloide y hasta de trapo. Ninguna tumba de niño ca- rece de ellos; las pobres madres piensan seguramente que allá, entre los bienaventurados, ha de sonreír feliz su hijito al contemplar los objetos que alegraron sus juegos,