Pero digo que acompañen
y lleguen[1] hasta[2] la huessa[3]
con su dueño:
por eso[4] no nos engañen[5],
pues[6] se va la vida apriessa
como sueño.
Y[7] los deleytes de aca
son en que nos deleytamos
temporales,
y los tormentos de alla
que por ellos esperamos
eternales.