El señor Soto lleva el retrato de mi padre. Es un presente de nuestra amistad, que será valioso para Vd., estoy seguro. Si me matan, encargo a Franklin que le envíe también mi retrato para que lo coloque al lado del de mi padre.
¿Cúal pudo ser el crimen cometido por el doctor Rawson para merecer la cárcel y el grillete del presidario?
Parece increíble, en nuestros días, que por tan solo profesar ideas de libertad se humillara en tal forma a los hombres, pero es necesario trasladarse mentalmente a esas épocas para covencerse de que, el castigo aplicado al médico prestigioso, pero de ideas revolucionarias, no pasó de ser una admonición correccional, aplicada por un gobernante bondadoso y tolerante.
Así eran los tiempos; los principios republicanos y el amor a la libertad, eran de origen atávico en el joven Rawson, y al llegar a la tierra natal y ver a su querida provincia atada al carro triunfal de la sanguinaria dictadura, su alma ciudadana se estremeció indignada, y sin medir la trascendencia de su actitud, al esgrimir el arma formidable de la palabra, cuando las gentes ya se iban volviendo mudas, emprende, con asombro general, una hábil y viril campaña redentora.
Habla y convence a propios y extraños; sugiere como médico en el seno de los hogares, y deslumbra con su elocuencia a cuantos le