diciosos aventureros, de los quales quería limpiar su Gobierno.
En este intermedio, Pedro Hoz, que habia sido 1548. despojado, como hemos dicho, de la parte de la conquista que se le habia concedido por la Corte, y que imprudentemente se habia puesto en las manos de su rival, fué acusado de querer usurpar aquel Gobierno; y sea que la acusacion fuese fundada, ó que se buscase un pretexto para deshacerse de él, fué decapitado publicamente por órden de Francisco Villagran, que hacia las veces de Valdivia, con el qual quizá creyó congraciarse, libertandolo de un émulo peligroso, sino es que tambien tuviese instrucciones secretas sobre este negocio.
Los Copiapinos, ansiosos de vengar la muerte de su Príncipe, mataron en el mismo tiempo quarenta Españoles destacados de varias esquadras que del Perú pasaban á Chile; y los Coquimbanos, instigados de sus persuasiones, despedazaron á todos los habitadores de la colonia nuevamente fundada en sus tierras, destruyendola hasta los fundamentos. 1549. Francisco Aguirre, enviado allí en tiempo, los derrotó en varios encuentros, ya prosperos, ya adversos, y reedificó la ciudad destruida en mejor sitio; la qual se lisonjea de tenerlo por fundador, y de numerar entre sus mas distinguidos habitantes á sus descendientes.