preludios de los mas lamentables desastres que ellos hayan sufrido en aquel reyno. No obstante de esto, parece no poderse poner en duda que el Gobernador las hubiese comprado á costa de mucha sangre, porque contra su costumbre se retiró á Santiago despues de la última accion, con la mira de esperar allí el refuerzo que debia venirle del Perú, y de hacer las posibles reclutas en las provincias septentrionales del pais. Los refuerzos no tardaron mucho en llegar, pero no pareciendole suficientes para continuar con ventaja la guerra, se transfirió él mismo al Perú para solicitarlos mas considerables, habiendo encomendado entretanto el Gobierno Militar al Maestre de Campo, y el Político al Licenciado Pedro Viscarra. Llegado á Lima se encontró con el sucesor que se le habia destinado de la Corte. Este era Don Martin
Loyola, sobrino de San Ignacio, y Oficial de mérito, el qual se habia adquirido la gracia del Virey
Toledo, por haber preso en las montañas de los
Andes, al último
Inca del Perú,
Tupac Amaru, de cuyas resultas tuvo en premio no solo este Gobierno, sino tambien la Princesa
Clara Beatriz Coya, hija única y heredera del
Inca Sayri Tupac1593.. El arribó á Valparaiso con un respetable cuerpo de tropa, é inmediatamente se trasladó á Santiago, donde fué recibido con aclamaciones extraordinarias de todos aquellos ciudadanos.