lejos de la plaza, donde se habia alojado, lo atacó, y lo desbarató despues de un largo y obstinado combate. Esta derrota proporcionó á los vencedores, por el espacio de casi un año, la facilidad de devastar todo el pais, llevando consigo un gran número de mugeres y de niños que fueron hechos esclavos. En vano el General Español se ofreció varias veces para hacer un tratado de paz. Aquellos nacionales, anteponiendo siempre todos los males posibles á la pérdida de su libertad, rehusaron constantemente prestar oido á las proposiciones.
Así como la suspirada tranquilidad, tan necesaria para los progresos de las colonias, siempre mas se alejaba, así no se omitia ningun medio, ó proyecto, que pareciese propio para restablecerla. El gobierno militar de la Real Audiencia no pareció muy conducente á este fin. Se creyó mas útil volver á mandar allí un Xefe supremo1568., condecorado con los especiosos títulos de Presidente, Gobernador, y Capitan General del reyno de Chile, segun las diversas incumbencias que le eran confiadas; esto es, de presidir á la Audiencia Real, de gobernar en lo civil, y de mandar las armas. Don Melchor Bravo de Saravia, revestido de este triple carácter, era tanto mas acto para exercitar los dos primeros cargos, quanta era menos capaz de administrar el último.
Sin embargo él deseaba ardientemente ve-