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del Reyno de Chile
canos, se aplico con todo ahinco á la fábrica de la nueva ciudad. Aunque hubiese destinado la de Santiago para Metrópoli de la colonia, con todo, manifestaba mayor afecto á este establecimiento marítimo, mirandolo como el centro de la comunicacion, que debia abrirse con el Perú, y con España. Aquí quiso fixar su familia, señalando para su habitacion un sitio cómodo, y adjudicandose en el repartimiento de las tierras la fértil península situada entre las bocas de los rios Biobio y Andalien. Como esperaba poder subyugar brevemente el estado Araucano, destinó tambien para sí las dos contiguas provincias de Arauco, y Tucapel, las quales queria pedir á la Corte con el título de Marques, en recompensa de sus servicios.
Habiendo crecido en poco tiempo los edificios de la ciudad, baxo su inspeccion, empleó el resto del año en arreglar la policía interna. A este fin publicó quarenta y dos capitulos, ó estatutos, entre los quales se observan algunos muy prudentes, y humanos, en quanto al buen tratamiento de los nacionales, que todavia dexaba sujetos, como otras veces, al dominio privado de los ciudadanos. Deseando, pues, abatir enteramente el orgullo de los Araucanos, porque despues de la segunda infructuosa expedicion no se habian movido, determinó atacarlos en su estado, con nuevas fuer-zas
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