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Compendio de la Historia

ra, estio y otoño, con las quales queda abundantemente recompensada la falta de lluvias que se experimenta en tales estaciones, sin que la humedad de que se carga entonces el ayre impida á los viajantes y labradores el dormir en todo aquel tiempo al sereno debaxo de los árboles, para disfrutar el fresco y serenidad de la noche. Las nieblas son comunes en las costas en tiempo de invierno, pero por lo general se disipan dos o tres horas ántes del mediodia; y como se

    tos de latitud, afirman que el invierno que pasaron allí no fue nada rigoroso, y que jamas fue tanta la nieve que bastase para cubrirles las evillas de los zapatos. (Cartas de Mr. de Nerville). Yo no pongo duda en el accidente ocurrido á Mr. Banks y á su comitiva en la isla del Fuego: pero un hecho aislado no basta para establecer una teoria. El equipage del navio español la Concepcion pasó alli todo el invierno del año 1766 sin experimentar el desastre ocurrido al de Banks, que pudo dimanar de varias causas fortuitas, combinadas entonces para producir un fenómeno tan extraordinario. Quando andando los tiempos llegue á poblarse aquella parte del globo, se disminuirá muy notablemente el frio que se le reputa como natural; pues cultivadas las tierras, será el ayre tan agradable y benigno como el que respiran los habitantes que yacen colocados baxo los mismos paralelos septentrionales; siendo cosa averiguada que un pais despoblado y cubierto de bosques está mucho mas sujeto á todas las intemperies de la atmósfera. Tal fué la causa de que el Emperador Juliano hablase del clima de Francia, que entonces estaba llena de bosques y sin cultivo, del mismo modo que se habla en nuestros dias del frio de las tierras Magallanicas.