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de San Juan de Dios predicó el venerable Sacerdote Don Bernardino de Obando: últimamente, coronó el octavario de sermones el Señor Dr. Don José de Baños.

Mas este octavario no solo se solemnizó con misas y sermones, sino también con otras funciones de iglesia y muchos regocijos, no faltando estos en toda la octava á mañana, tarde y noche; pues habiéndose gastado la mañana en la misa y sermón, por la tarde se cantaban las vísperas con grande armonía, como que en todas las funciones de iglesia de este octavario hubo tres coros de música, dirigidos dos por el P. Nicolás Marquez Tamariz, Maestro de Capilla, y el otro por el P. Luis del Cubillo, Sochantre. Después de vísperas, antes de cubrir al Santísimo Sacramento, hubo las ocho tardes sarao, con asistencia de los Tribunales y de toda la Ciudad, que concurría á estas funciones con el mayor anhelo. Para estas danzas se dispusieron dos cuadrillas, una de niños y otra de niñas, que se alternaron en las ocho tardes, una unos, y otra otras: las danzas que se enseñaron á los niños fueron el tocatin, chichimequillo y talame, al uso de los caciques de México, y conforme á él iban vestidos; escojiéronse once caballeritos de la primera nobleza: uno representaba al Emperador Moctezuma, dos hacían de capitanes, y dos cuadrillas de á cuatro niños cada una: para que se hagan algún juicio de la riqueza con que iban vestidos, referiremos por menor como estaba ataviado el Moctezuma: llevaba almilla, tilma y calzón de lama encarnada, con encajes de plata de Milán, y boton de filigrana; y el ayate, que estaba formado de solo puntas, bordados sus florones de seda y oro, apresillados con joyel de perlas y oro: dos joyeles en los hombros con dos ricas esmeraldas: las medias eran de torzal, bordada la canal de perlas: los braceletes eran dos lazos de perlas y esmeraldas, y otro lazo de lo mismo al pecho, y corona imperial de igual riqueza. A proporción del Moctezuma iban vestidos los otros niños; y es de advertir, que algunos de ellos mudaron ropas los cuatro días que bailaron. Esta danza corrió á cuidado de los BB. D. Rodrigo de Cilieza y D. Pedro Delgado de Nájera.

La otra cuadrilla era de doce niñas que representa-