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con 60 españoles de á pié y de á caballo, y 400 indios de vara y flecha, Mejicanos y Tlaxcaltecas. De las otras escuadras que quedaron por frontera en Guatemala, se nombró por Capitan de las que estaban alojadas en la parte del Sur, esto es, en el valle de Alotenango, á Hernando de Chaves; y del tercio que se hallaba por la parte del Norte, acia el valle de Panchoy, á Gonzalo de Ovalle. El primero resistió valerosamente cuatro acometidas que le hizo el Rey Sinacam, auxiliado de los indios de Alotenango y Aguacatepeque. El segundo también fué acometido de dos caracoles, á modo de escaramuzas, del tercio de Sequechul, y bien fué necesaria toda su destreza y pericia militar para batallar con estos indios por hallarse su ejército muy ordenado, atrincherado cubierto de foso muy profundo por las dos frentes de su escuadrón. Permanecieron nuestras escuadras alojadas en la descubierta campaña, sufriendo soles y lluvias los tres meses de Junio, Julio y Agosto.

Entre los pueblos rebelados se cuenta el de Petapa, uno de los mas famosos de esta comarca, asi en tiempo de la gentilidad, como en el de los Españoles. Gobernaba este pueblo el Cacique Cazhualan, que quiere decir vendrán los fieles, nombre que parece profético, pues en tiempo de este Cacique vinieron los fieles cristianos á predicar el santo Evangelio. Consta que el gran Cazhualan, como Señor natural y soberano independiente, nunca pagó tributo á los Reyes Utatlecos, Kachiqueles, ni Achíes; porque era Señor de una de las cuatro cabeceras, casando sus hijas con los de las otras; y mucho tiempo se conservaron en Petapa los Guzmanes sus descendientes en la estimación de Caciques principales, con muy buenas probanzas. Este Cacique Cazhualan, hombre de relevantes prendas, de fidelidad, gobierno y piedad, luego que llegaron los Españoles á Guatemala, dio espontáneamente la obediencia al Rey de Castilla; pero muchos de los principales de este numeroso pueblo tuvieron á mal este hecho, pareciéndoles demasiada facilidad y ligereza de Cazhualan, rendirse y sujetarse á gente estraña y no conocida, que algunos de ellos andaban en cuatro pies, (teniendo por de una pieza el caballo y el ginete), que to-