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reda; mas hallándose en parage donde se estrechaba la senda, cayó do lo alto una gran piedra que dando en la pierna á nuestro Arteaga, le hizo venir al suelo perniquebrado; pero sostituyéndole Diego López de Villanueva, sin menguar nada de su ardor, continuaron su camino, no obstante las flechas, varas y piedras que descendían contra ellos, hasta llegar á sitio mas espacioso: aqui enfilándose brevemente en cuantas hileras permitía el terreno, se trabó una bien reñida batalla, en que desembarazado y suelto el valor español de aquella senda estrecha, que lo había tenido como ligado, hizo una espantosa carnicería en aquel campo, que dentro de breve tiempo se vio sembrado de brazos, cabezas y cuerpos truncos. Con tan grave estrago, ocupados los indios de Mixco de turbación y espanto, empezaron á ceder a las armas españolas; pero habiendo los nuestros ganado la ultima eminencia de aquellos riscos, tuvieron que combatir con otro ejercito de indios, que de refresco los esperaba; mas como estos, á vista de las hazañas de los Castellano, se hallasen poseidos de temor, pelearon tibiamente, y desordenándose por instantes, habiendo recibido grave daño de nuestras armas, se dieron á la fuga. Unos fiados en la ligereza de sus pies, acostumbrados á pisar aquellos riscos, huyeron por la senda que desocuparon los nuestros: algunos se despeñaron, y los que escaparon de este riesgo, fueron hechos prisioneros del cuerpo de guardia, que estaba en nuestros alojamientos. Los que quedaron en la eminencia, queriendo huir por su famosa cueva, muchos antes de ganar la boca de la cueva fueron apresados por una tropa de infantes que los seguía; y los que se introdujeron por ella, llevando consigo sus hijos y mugeres, al salir á las vegas del rio, (M. S. Quiché de Don Francisco Garcia Calel Tezump, fólio 7), fueron improvisamente asaltados de los infantes y caballos que en este sitio los aguardaban, comandados por Alonso López de Loarca, logrando los nuestros hacer un gran número de prisioneros y entre ellos varios Caciques de los principales. Terminada felizmenír esta faccion, se retiraron los Castellanos con los vencidos á Chignauta y de alli á los alojamientos. Avisóse