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en señal de bizarría y esfuerzo: este numeroso escuadrón venia capitaneado por once caballeros descendientes del gran señor Copichoch. Contaba ya Tecum Umam en su ejército 232,000 soldados y con ellos se distribuyeron los tercios en el sitio de Tzaccha, que fué el campo de batalla de esta primera campaña. Mas no hallándose seguro este Monarca con tan poderoso ejército, hizo fortificar aquel sitio, con un largo muro de piedra seca, que daba vuelta y cenia muchas montanas y eminencias: este gran muro estaba rodeado de un profundo foso, sembrado de espinas y estacas envenenadas, puestas al soslayo en filas unas tras otras. Todo el terreno que hay desde Tzaccha hasta el portillo que baja á la costa, lo tenían ocupado los escuadrones de Tecum Umam: á mas de esto estaban bien guarnecidos los castillos y se veían en aquel campo unas máquinas militares ó castillejos portátiles de madera y tabla, que sobre rodadillos se movian á unas y otras partes, tirados y conducidos de hombres armados, é iban cargados con grande cantidad de vara, flechas, lanzas, rodelas, piedra y hondas y hombres muy diestros y valerosos que repartian aquellas armas por todos los escuadrones.

Habiendo nuestros Españoles atravesado toda la provincia de Soconusco, llegaron á Palahunoh, gran cordillera que repecharon, ganando la gran plaza y castillo de Xetulul ó Zapotitlan, con gran fatiga de muchos veteranos y muerte de algunos Tlaxcaltecas amigos. Siguió sus marchas el ejército español y llegando á la vega del rio de Sámala, fué reciamente acometido de gran número de indios emboscados, que salieron á cortarle el paso: ínterin nuestras tropas ordenaban sus escuadras, los indios que venían prevenidos y de refresco, dispararon gran cantidad de zaetas, vara y piedra, causando grave daño á nuestros indios; pero formado el escuadrón español, recibió al ejército de Utatlan con la arcabucería, y muertos muchos de los Quichées, fueron estos rotos y vencidos, auuque con muerte de algunos Castellanos. No desmayando los indios Quichées, se volvieron á juntar con gran presteza, y aumentados en número y armas, acometieron por tres veces á los nuestros con firmeza; pero desbara-