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el año de 1617 y tomó el nombre de Benito de S. Francisco. Destinado al ministerio apostólico de la reducción de los gentiles, con el mayor gozo y alegría, partió para la Taguzgalpa con el Hermano Juan Vaena, á donde llegaron por Enero de 1625. Fué grande su admiración, viendo todo lo que el P. Comisario había hecho en menos de un año que estaba en aquellas tierras; pues había catequizado y bautizado mas de 700 adultos y muchos párvulos, tenia fundados siete pueblecillos, según las diversas naciones de los convertidos; obras que pedían mucho tiempo y mas operarios.

Divulgado entre las naciones vecinas el buen trato y cariño que los Padres hacian á los indios, salían cada dia familias enteras á pedir el santo bautismo, con demostraciones de verdadera conversión; pero se les hacia duro el dejar su antiguo modo de vivir entre malezas, sin trato ni sociabilidad, por lo que no se avenían á habitar en poblado: de esto se originaba que, cuando menos lo esperaban, se volvían al monte, con peligro de apostatar de la fé. Era para los misioneros esta inconstancia de sus neófitos indecible tormento; y llegó á tanto su desconsuelo, que pensaron dejar por entonces aquellas naciones y pasar á predicar la ley de Dios á los Guabas. Eran estos Guabas unos mestizos, hijos de españoles, que habiendo naufragado por estas costas, se mezclaron con indias, de cuya junta procedieron los individuos de dicha nación. Juzgando los Religiosos que ganados éstos, podrían ser buenos medianeros entre ellos y los indios, como que participaban de la sangre de unos y otros, y que por lo que tenian de Españoles, serian mas estables en la religión que profesasen, se determinaron á emprender su reducción. Por este tiempo aportó la fragata del Señor Gobernador de Trujillo á aquel cabo, y aprovechándose de la ocasión, suplicaron los misioneros al Capitán los transportase á las Anavacas, que era el parage en donde habitaban los citados Guabas. Habiendo desembarado en este sitio, se fueron internando hasta dar con la presa que buscaban: catequizaron no solo á los referidos mestizos, sino á muchos indios de otras naciones, que con las noticias que tuvieron del amor y esmero con que los Pa-