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detuvieron un año. Por Octubre de 1609 salió de Guatemala, con su individuo compañero Fr. Juan de Monteagudo, y al pasar por Comayagua, se les agregó el Cura de Olancho D. Juan de Vaide y Fr. Andrés Marcuello, Vicario del Convento de la referida ciudad: también se les juntaron el Capitán Daza, y otros tres Españoles vecinos de Olancho, que como inteligentes en la tierra y devotos de la Religión, se incorporaron en aquella pequeña grey, con designo de morir, si fuese necesario, por la fé de Jesucristo. Juntos todos estos esforzados Varones, caminaron para la Nueva Segovia, y entraron á las montañas por el rio Guayape: anduvieron algunos dias por incultas breñas, pasaron algunos ríos en canoas, otros en balsas, hasta que se hallaron, no sin gran regocijo de sus almas, en unas rancherías y alojamientos de indios, separadas unas de otras. Saliéronlos á recibir los infieles: estos traían muchas flores, con que regaban el suelo, y esparcían sobre los Religiosos: venían bailando con música de caracoles y haciendo otras demostraciones de regocijo; pero otros venían pintados de negro, con penachos de plumas y lanzas en las manos, indicios todos de guerra, lo que hizo entrar en recelo de alguna traición.

No perdiendo tiempo estos celosos misioneros mandaron formar una cruz grande y puestos al pié de ella, haciendo cátedra de la que lo fué de Nuestro Redentor, juntos los indios, les propusieron y esplicaron nuestros sagrados misterios, hiciéronles una breve recapitulación de la historia Sagrada, desde la creación del mundo hasta la venida de Nuestro Redentor y el P. Fr. Estevan les ofreció gastar todos los dias de su vida si fuese menester, en instruirlos y enseñarles el camino del cielo. Después de este sermón trató de que se hiciese una ramada para Iglesia, y los indios con gran prontitud levantaron un espacioso rancho para que sirviese de templo, y unos jacales para habitación de los Padres. Estos procuraban acariciar á sus clienlulos, instruían y catequizaban á los adultos y bautizaban muchos párvulos, con tan próspero suceso, que habiendo comenzado esta obra á fines de Enero, el 24 de Febrero, que fué miércoles de ceniza, ya hubo muchos indios que la recibieran. Siguie-