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el rio Polochic, esto fué por motivos que en el dia han cesado: el primero fué porque, habiendo los Padres estipulado con el Gobernador de este Reino, que en determinado tiempo no habían de entrar los Españoles en la Verapaz, puesta la entrada del Golfo por el referido camino, se faltaba á lo que se habia contratado; mas en el dia, habiendo espirado el tiempo del contrato, vemos que entran en dicha provincia todos los Españoles, sin que los indios reclamen; y, á mas de esto, se les seguirían á los indios grandes provechos, de que se pusiese este tráfico por sus tierras, pues, asi los pasajeros como los arrieros, les comprarian los víveres que necesitasen, de que resultarían grandes provechos á los de Verapaz. El otro motivo que hubo para la referida prohibición, fué las vejaciones que se hacían á los indios, cargándolos como jumentos con pesos exhorbitantes; pero en el dia, habiendo copia de mulas, aun para traer las mercaderías por el camino de Zacapa, que es mas largo, también ha cesado este inconveniente.

Encuéntranse en la Verapaz algunos animales tan raros, que no se ven en otra parte. Tal es el Zacbin, animal cuadrúpedo, semejante á una rata: tiene un palmo de largo y la cola un jeme: por la parte superior es de color atabacado y blanco por la inferior: las orejas son redondas y pequeñas: los ojos los tiene tan bajos, que casi le quedan sobre el hocico: despide un olor tan fétido, que aturde á los perros, de suerte que han de estar muy encarnizados, para embestirle: sin embargo de ser tan pequeño, caza culebras, ratones, aves aunque sean grandes, gatos de monte y no se le escapa el venado, por mas que corra: se entra en los gallineros y hace grandes matanzas: el remedio que han hallado los indios para ahuyentarlo, es el zahumerio de chile: estando de puertas adentro, se suele cojer por una rara contingencia; pero en el campo ó en el monte, no hay cazador ni perro que lo alcance. No respeta al hombre: lo embiste osadamente; y su mordedura es tan dañosa, que inmediatamente se hincha la parte dañada y sobreviene calentura.

También se cria en la Verapaz un pajarillo que lla-
Juarros.— Tomo II. 9