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bien seguro ni confiado del trato del hermano, y aun del propio hijo, exaltado á la dignidad real del Señorío de Guatemala ó de los Kachiqueles, las primeras acciones del reinado de Jiutemal se dirigieron á la fortificación y mayor seguridad de su imperio. Con esta mira levantó en su corte los dos famosos castillos del Resguardo y de la Atalaya, que quedan descritos en la Geografía, y otros en los confines de su Señorío. Desde luego en este tiempo se edificaron las famosas fortalezas de la gran cordillera de Parraxquin (nombre que se le dio porque estas sierras siempre se mantienen verdes, y parraxquin, en lengua Quiché, quiere decir monte verde.) Esta prolongada cadena de montes era como una muralla natural, que servía de resguardo á los Estados del Rey del Quiché; y en los lugares donde estas altas sierras, podían dar paso al enemigo, habia castillos que se lo impidiesen. Una de estas fortalezas estaba levantada en el sitio de Xectinamit y servía de defensa á un elegante palacio ó casa de placer que en este parage tenían los Reyes de Utatlán. El otro castillo, cuyos cimientos se descubren sobre el pináculo de Christall, se construyó en este sitio para impedir las invasiones de los Mames. El tercero estaba situado sobre un eminentísimo picacho, que se divisa desde el camino de S. Andrés, con el destino de impedir el paso á los Zutugiles.

No se engañó Jiutemal en sus sospechas; pues lo mismo fué cerrar los ojos Acxopil, que volver Acxicuat á la campaña. El motivo de esta guerra fué la posesión de la laguna; porque habiéndola dividido Acxopil entre los tres Señoríos del Quiché, Kachiquel y Zutugil, el Señor de este último, ó fuese por recobrar lo que había perdido en las últimas campañas, ó por aumentar sus estados haciéndose dueño de toda la laguna, tomó las armas y se encendió una guerra sangrienta y tan prolongada, que duró todo el tiempo del reinado de Jiutemal y parte de el de Hunahpú, su hijo. Mas como el poder del Rey del Quiché fuese en gran manera superior al del de Atitlan, á fuerza de recios combates y reñidas batallas, se hizo Señor de toda la la-