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amado padre el dia 1º de Octubre, en cuya funcion, se dijo una oracion fúnebre en elogio del Reverendísimo difunto, consuelo y edificacion de sus desconsolados hijos.

Entre los sugetos que acreditaron con sus virtudes el instituto Betlemítico, se numera Fr. Francisco de la Santísima Trinidad. Se alistó en dicha Compañía viviendo aun el V. H. Pedro. Al Religioso zelo de Fr. Francisco estuvo cometido el gobierno de la Casa de Guatemala 16 años, debiendo la Religion á su activo espíritu crecidos aumentos. El año de 1696 recayó en él, conforme á la disposicion del S. Innocencio XI, el empleo de primer Asistente general. Fué este Varon ejemplar, zeloso observante de su instituto en vida; y con la misma buena opinion, terminó sus dias felizmente.

El H. José de Villela, es digno de memoria, por la inocencia de su vida y fervores de su espíritu. Nació en el pueblo de Chiquimula de la Sierra, en el Reino de Guatemala, y fué su padre Don Lorenzo de Villela, Corregidor de la Provincia del mismo nombre. Pocos años contaba de edad este Siervo de Dios, cuando intentó ser admitido en la Compañía de Betlem; pero su agigantada virtud hizo que fueran atendidas sus súplicas. En el nuevo estado fué tal el empeño con que seguía el áspero camino de la perfeccion evangélica, que era la admiracion y el consuelo de sus Hermanos. Aficionado de sus virtudes y prendas el Rmo. Fr. Rodrigo, lo llevó consigo, cuando pasó á la fundacion de Lima, el año de 1671. Mas lo mismo fué llegar á la ciudad de Trujillo, que enfermar de muerte el Hermano José de Villela: sin embargo de no tener este bendito jóven mas que diez y seis años de edad, se dispuso para morir, con la seriedad y madurez que pudiera un hombre anciano. Las grandes virtudes y fervorosos transportes de amor de Dios que se admiraron en el tiempo de su enfermedad, hicieron formar á los vecinos de Trujillo tal concepto de la Santidad del Hermano Villela, que todos, chicos y grandes, eclesiasticos y seculares, asistieron á su entierro. El Religioso que lo confesó